viernes, mayo 19, 2006

Por qué despedí a mi Secretaria

Dos semanas atrás fue mi cumpleaños número 37 y no me sentía nada bien cuando me levanté esa mañana. Fui a desayunar sabiendo que mi esposa estaría contenta y me diría "Feliz Cumpleaños" y quizás tuviera un regalo para mí, pero ella ni siquiera me dió los buenos días.

Yo dije para mis adentros... "Bueno, quizás mis hijos se acuerden". Los niños vinieron a desayunar y no dijeron una sola palabra.

Cuando me fui a mi oficina me sentía totalmente deprimido y para mis adentros pense "Ni siquiera el perro se mostró agradecido, valiente chiste este de celebrar un cumpleaños más, a toda mi familia le importo poco".

Al entrar en mi despacho, mi bella secretaria Jeanette, me dijo: "Buenos días licenciado y feliz cumpleaños". Ahí me empece a sentir un poco mejor, por lo menos ella sí se acordaba.

Después de innumerables reuniones y telefonazos, ya cerca de las dos de la tarde, entro Jeanette y me dijo: "Sabes, hace un día precioso y además es tu cumpleaños, ¿qué tal sí vamos a comer los dos solos, tu y yo?". Yo dije: "Esta es la mejor cosa que he oído en todo el día", así que tomé mi saco y salimos, en vez de ir a comer al lugar acostumbrado, fuimos a un sitio "seguro" en el campo, un lugar mucho más privado. Comimos y nos tomamos varios martinis, la comida estuvo deliciosa, nos divertimos bastante. De regreso a la oficina, ella dijo "Sabes, ¿Para qué desperdiciar este ambiente?, Mejor no regresemos a la oficina, en vez de regresar, te invito a mi departamento en donde te podré preparar unos deliciosos martinis o lo que quieras."

Una vez dentro del departamento, puso música suave (por cierto una de mis preferidas), la luz tenue y me dijo de manera prometedora "Si no te molesta, creo que voy a mi recamara a cambiarme de ropa y ponerme algo más cómodo, ahora regreso".

Yo la dejé ir... no me molestaba eso. Ella entró en su habitación, cerrando la puerta a su paso, y a los seis minutos regresó cargando un gran pastel de cumpleaños... seguida de mi esposa, hijos y algunos compañeros de oficina, todos ellos cantando "Feliz Cumpleaños, a Ti", y allí estaba yo desnudo en la sala, solo con los calcetines puestos (es que soy muy friolento).

¿No habrían hecho ustedes lo mismo?...

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