miércoles, junio 25, 2008

La tragedia de los pobres


Por Marielos Monzón - Guatemala, 25 de junio de 2008

Llegan las lluvias, y con ellas, las tragedias. Muertos, heridos y desaparecidos como consecuencia de deslaves, derrumbes y aludes. Las víctimas siempre son las mismas: hombres, mujeres, niños y niñas de las villas de miseria de la capital y las comunidades rurales más empobrecidas.

Su gran pecado: vivir a orillas de los ríos en lugares de alto riesgo, habitar en casas hechas de lámina y cartón en los barrancos, o trabajar como “guajeros” en el basurero. Todo tiene un común denominador: la pobreza en la que vive el 80% de la población del país. La miseria trae cotidianamente tremendos problemas; sin embargo, en el invierno guatemalteco se vuelve más cruel, porque la vulnerabilidad se paga con la muerte.

Pero en este país, y en esta misma ciudad, se vive también de otra manera, y los problemas del invierno son también otros. Las piscinas que se ensucian con el agua constante, los automóviles que recién lavados se llenan de lodo al transitar por las calles, los fines de semana en los que usualmente se disfruta de la casa del “puerto”, arruinados por los chaparrones. ¡Ala, qué horrible tanta agua!

Mientras hay niños que duermen tranquilos en sus camas, bien abrigados y protegidos, hay otros, la gran mayoría, que lo hacen hacinados, entre goteras y retumbos; solo esta semana varios de ellos murieron ahogados por el lodo mientras dormían en sus casas de cartón. ¿Es que la suerte de vivir o morir durante un invierno depende de haber nacido en una familia acomodada o en una pobre? ¿Es que la protección integral a la niñez, garantizada en la Constitución y las convenciones internacionales, depende de la cantidad de billetes que los padres tengan en sus bolsillos? En Guatemala parece que sí.

Las escenas de rescate de los cuerpos sin vida de estos pequeños, que transmiten los noticieros de televisión, o las fotografías publicadas por los diarios deberían ser suficientes para conmover a cualquiera con un mínimo de conciencia. Pero aquí hay muchos que por lo visto no tienen conciencia, y por eso no les remuerde. Digo esto porque el problema fundamental en este país se llama desigualdad, provocada por un sistema en el que unos cuantos viven bien a costa de la desgracia de la gran mayoría. La acumulación de la tierra y la riqueza en manos de unos pocos trae consecuencias palpables: las vemos todos los días en estas imágenes. No se trata de un discurso vacío producto de mentes calenturientas de la izquierda: aquí la gente se muere todos los días por las condiciones miserables en las que vive, y la única forma de evitar estas muertes es cambiar las condiciones materiales que las producen.

¡Ah, pero no! ¿A quién se le ocurre atentar contra el sacrosanto derecho a la propiedad privada y pedir que en las grandes extensiones de tierra —del campo y la ciudad— se construyan complejos de vivienda popular para sacar del peligro a miles de familias? ¿A quién se le ocurre ordenar la siembra de granos básicos que garanticen la soberanía y seguridad alimentaria de la población, disminuyendo en 10% las ganancias millonarias de los terratenientes? ¿A quién se le ocurre promover una reforma tributaria que brinde al Estado algunos recursos adicionales para la inversión social, que posibilite siquiera apoyar en alguna medida el combate de la muerte por pobreza?

Y mientras unos disfrutan el sonido de la lluvia porque les ayuda a dormir, otros —los más— no pegan un ojo, para salir corriendo y salvar la vida, que es lo único que tienen. Al final qué importa, si la pita se rompe siempre por el lado más delgado.

Fuente: www.prensalibre.com.gt

albedrio.org

miércoles, abril 09, 2008

El tamaño del infierno

Por Marcelo Zlotogwiazda

En el mundo hay mucha pobreza y, para peor, creciente: en los veinte años que transcurrieron hasta el 2001, la población que vive con menos de 2 dólares diarios aumentó en 285 millones y llegó a 2735 millones de personas, de los cuales 1100 millones viven con menos de un dólar, todo de acuerdo con datos del Banco Mundial, recogidos en un interesantísimo trabajo que acaba de publicar la consultora platense KP & M. Para colmo, parece ser que el crecimiento económico por sí solo está perdiendo potencia como causa de la disminución de la pobreza extrema. La Organización Internacional del Trabajo señaló en su último informe global que, a pesar del apreciable 4,7 por ciento de crecimiento que hubo en la economía mundial en el 2005, sólo 14,5 millones de personas pudieron salir de la pobreza extrema y lograron superar la línea de un dólar al día por persona.

En contraste con la pobreza, la concentración del ingreso mundial es cada vez mayor. En el mencionado estudio de la consultora que dirige Alejandro Marcó del Pont, se advierte que la participación de las siete tradicionales potencias (Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Japón, Italia, Canadá y Francia) en el Producto Bruto mundial pasó de 59 por ciento en 1970 a 65 por ciento en el 2004. Si se observa lo mismo desde abajo, se ve que mientras hace veinte años el ingreso per cápita de los países del Africa Subsahariana y Meridional (la región más pobre del mundo) equivalía al 3,1 del ingreso per cápita de los países más ricos del planeta, la proporción se redujo a menos del 2 por ciento.

El trabajo ilustra la terrible y peligrosa desigualdad con dos sencillos ejemplos. Por un lado sostiene: “En 1970, la diferencia existente entre el ingreso per cápita del país más rico (Estados Unidos) y el más pobre (Bangladesh) era de 88 veces. En el 2004, la diferencia entre Luxemburgo (62.988 dólares de ingreso per cápita) y Sierra Leona (548 dólares) es de 114 veces”. La segunda comparación revela que la riqueza de los primeros diez magnates –con Bill Gates a la cabeza– del ranking que elabora la revista Fortune es igual al Producto Bruto de los 48 países más pobres del planeta, donde (sobre)viven 540 millones de personas. Mezclando los datos de otra manera se llega a que los 254 mil millones de dólares que poseen los diez mayores es más o menos lo mismo que el presupuesto anual de los 1100 millones de personas que reciben menos de un dólar por día.

Es probable que el extraordinario crecimiento que tuvo China en el último quinquenio, con la masiva incorporación de gente al sistema de producción capitalista y urbana, haya atenuado las cifras absolutas de pobreza y pobreza extrema. De hecho, las últimas estadísticas disponibles muestran que la cantidad de chinos que viven con menos de 2 dólares diarios cayó de 860 millones en 1981 a 600 millones en el 2001. No obstante, habría que dar por cierto que lo anterior no excluye sino que convive con un proceso de mayor desigualdad, por la sencilla razón de que el reparto de la modernización fue muy desparejo. Para tener una idea aproximada valen los siguientes tres datos: 1) el consumo de diamantes por parte de los chinos representa un mercado de 17 mil millones de dólares por año; 2) China es uno de los países donde más está creciendo la venta de Mercedes-Benz, Porsche, BMW y los modelos de lujo de Honda (ya superó a Alemania como tercer fabricante mundial de automóviles); y 3) en algunos municipios del gigante asiático se crearon unidades policiales para cuidar exclusivamente a ejecutivos. Seguramente entre ellos muchos ejecutivos que, como indica el trabajo de KP & M, son de “las empresas extranjeras que se quedan con la mayor parte de las ganancias generadas, mientras que China se queda con los magros beneficios salariales de la globalización, pero no con las ganancias de la globalización. Así lo cree también Dong Tao, economista de la Unión de Bancos Suizos en Hong Kong: “De una muñeca Barbie que se vende a 20 dólares, China percibe 35 centavos”.

Por supuesto que mucho peor es la situación de los pobres del Africa, que no reciben ninguno de los frutos de la globalización. La huida migratoria que por ahora Europa puede frenar es la consecuencia más notoria de ese drama.

El informe aludido se interroga por el tamaño del infierno terrenal, y concluye: “Luego de esta mirada al mundo, las magnitudes del infierno parecerían fáciles de determinar. El planeta tiene 148,94 millones de kilómetros de tierra y unas 6527 millones de personas, de las cuales, al menos el 60 por ciento se encuentra en situación delicada. Por lo que suponemos que unos 114,68 millones de kilómetros conformarían el infierno, un 77 por ciento de la superficie de la Tierra”. Cabe preguntarse qué va a desatarse antes: si el choque de civilizaciones o la lucha entre infierno y cielo.



Fuente: pagina12.com.ar

lunes, octubre 22, 2007

Ni Revolución Francesa, ni Día del Guerrillero

Quien no conoce su historia no puede asumirla.

Marcela Gereda /elPeriódico


Pregunto a una chica de último año de bachillerato del colegio Metropolitano, si conoce qué celebramos los guatemaltecos el “20 de octubre”. “Creo que se celebra el Día del Guerrillero”, responde.

Otra chica de 22 años, de la aldea Buena Vista, Jutiapa, pregunta: “Marce, ¿por qué hay feriado el 20 de octubre?”, antes de responder, le devuelvo su pregunta, a lo que me contesta: “Creo que porque es el día de la Revolución Francesa”.

Un país que no conoce su historia no puede asumirla, ni transformarla. No podemos sentir orgullo de lo que desconocemos. Un pueblo que ignora su pasado y es ciego a lo que ha pasado y pasa en Guatemala no puede identificarse con la construcción de la nación.

Entre nulas políticas educativas para aprender qué y quién es Guatemala hoy en el contexto de globalización neoliberal y una ceguera estratégica de los criollos por prolongar la cultura e ideología colonial de esta “república bananera”, los guatemaltecos desconocemos qué hemos sido y qué somos, de ahí que no haya sentido de pertenencia, que la historia no opere como elemento de cohesión y que no haya un proyecto de interés nacional. Debiera darnos en qué pensar que las chicas antes mencionadas sepan quién es Carlos Peña y no tengan idea quién fue María Chinchilla.

La historia que se ha venido enseñando de Guatemala es una historia vertical, legitimadora de un sistema de dominación. Se hace cada vez más necesario que el Estado guatemalteco establezca una versión oficial de la historia de Guatemala, para comprender por qué somos como somos, y por qué las cosas están como están.

El “20 de octubre” celebramos el 63 aniversario del fin de la dictadura de Ubico y Estrada Cabrera. Conmemoramos el final de una historia sombría. Aplaudimos que fue una revolución en las manos de jóvenes, maestros, obreros que buscaban acabar con la explotación y la miseria. Esa revolución marcó a Guatemala, porque las ideas libertarias y revolucionarias del pueblo fueron un derroche de luz ante una época oscura.

Sin embargo, el historiador guatemalteco Arturo Taracena en su lúcido estudio Etnicidad, Estado y Nación, 1944-1985, con gran responsabilidad ética y política, apunta cómo en la Revolución de octubre de 1944 y la “nueva Guatemala” las luchas cívicas por poner el fin de la dictadura ubiquista dejaron inmensas secuelas en la sociedad guatemalteca en materia de relaciones interétnicas, mostrando el desfase entre la decisión política de ruptura con el régimen liberal, imperante en el país desde 1871, y la incapacidad del Estado por asumir una ruptura con la ideología heredada en lo relativo a las relaciones interétnicas”. Es decir que aunque se buscó transformar estructuras, no se salió de la lógica racista y segregadora.

Con todo y sus secuelas, celebramos la búsqueda de la libertad humana. Lo que no celebramos es que la intervención yankee del 54 y la oligarquía guatemalteca hayan vuelto a imponer su lógica feudal, tras “los diez años de primavera en el país de la eterna tiranía”.

Hace unos días, mi hermano me enseñaba una revista con fotografías en blanco y negro y noticias de la Revolución de Octubre. Se hizo un pequeño inmenso silencio entre nosotros viendo a aquella juventud encendida y esperanzada en transformar el mundo de allí y entonces. No es soñar con las nostalgias del pasado, sino el deseo y necesidad colectiva y vigente de la democracia radical.
No celebramos el 20 de octubre por “la Revolución Francesa”, ni por “el Día del Guerrillero”.

Celebramos el 20 de octubre como una manera de recordar el pasado para dotar de sentido elpresente en la lucha y construcción de la libertad y la igualdad. Rememoramos a nuestros compatriotas que le apostaron a lucha contra la miseria y la explotación, lo cual nos recuerda que hay aún ciertas tareas pendientes, que no debemos resignarnos a vivir sin compartir el dolor que ayudamos a producir. Sesenta y tres octubres más tarde, un mismo lugar, un mismo deseo, una misma necesidad: somos y no somos los de ayer pidiendo a gritos la igualdad y la libertad.

La revolución olvidada


Por José Barnoya
jbarnoya@sigloxxi.com

Se dice que los jóvenes que recién llegan a la mayoría de edad, son así por la sencilla razón de que no vivieron los años de la guerra ni los años de las dictaduras militares. Nosotros, no vivimos los años violentos de la Conquista, ni sufrimos la dictadura de Estrada Cabrera, y sin embargo sabemos lo que fueron esos períodos tormentosos. Los nuevos ciudadanos de hoy no saben nada del pasado porque no se lo han enseñado los tatas ni los maestros ni tampoco les interesa.

Esa es la razón por la que cada 20 de octubre escribo — con tozudez de viejo— sobre los sucesos de 1944.

Eran las seis y diez de la tarde cuando del parque Colón llegó la gritería. Entre la vocinglería se escucharon los gritos aguardentosos: ¡Viva Ponce…viva Ponzo…viva mi General! Eran los partidarios de Ponce Vaides; igualitos a los que traen siempre los políticos, engañados con falsas y cínicas promesas.

Eran casi las dos de la mañana del 20 de octubre, cuando el viejo empezó a pomponear la puerta de los cachivaches en donde yo dormía desde que ingresé al Instituto Central.

Ya mis hermanas se regocijaban con el estallar de lo que creían eran bombas que provenían de Santo Domingo en honor a la Patrona del Rosario. Cuando nos dimos cuenta de que eran cañonazos de a de veras, dirigidos hacía Matamoros, empezamos a colocar colchones meados para proteger los balcones de la vieja casa. Con el amanecer llegaron a través de la radio, las marchas militares que preludiaban la alborada revolucionaria.

Eran las tres de la tarde cuando traspuse el portón de bronce del Instituto Central de Varones. Los muchachos de último año rechinan las botas sobre el embaldosado y martillan los fusiles que ya no están al servicio de la dictadura.

Después de hacer fila con varios compañeros de primer año, me presenté ante un grupito de shecas que ya integraban la Guardia Cívica. Cuando me vieron de pies cabeza: los brazos escuálidos, las rodillas juntas y los pies planos, me rechazaron de inmediato. “Vos patojo —espetó sonriente el Pizote Solís— estarás mejor dirigiendo el tránsito, ya que no hay policías”.

Regresé a casa sólo para encasquetarme la camisa y el pantalón caqui del uniforme Scout. Como no tenía silbato, saqué de la gaveta de la mesa de noche, el mismo pito de agua que servía para las Posadas y así llegué hasta la encrucijada de la 8a. calle y 9a. avenida, encaramándome en un cajón de policía protegido por una sombrilla desteñida.

Eran las cinco de la tarde cuando desde mi cajón de policía, atisbé a una patrulla de soldados. Suponiendo que eran revolucionarios, les grité entusiasta: “¡Viva la Revolución!”. El comandante, con una bandera blanca de rendición, respondió airado: “¡Tu madre patojo revoltoso!”.

Eran las seis de la tarde cuando escuché por la radio que Toriello, Árbenz y Arana habían tomado el poder a nombre del pueblo.

Fuente: www.sigloxxi.com

miércoles, octubre 10, 2007

Yo tuve un hermano


Julio Cortázar

Yo tuve un hermano
no nos vimos nunca
pero no importaba.

Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía.

Lo quise a mi modo
le tomé su voz
libre como el agua.

Camine de a ratos
cerca de su sombra
no nos vimos nunca
pero no importaba.

Mi hermano despierto
mientras yo dormía.
Mi hermano mostrándome
detrás de la noche
su estrella elegida.

Che Comandante

Nicolás Guillén

No porque hayas caído
tu luz es menos alta.
Un caballo de fuego
sostiene tu escultura guerrillera
entre el viento y las nubes de la Sierra.
No por callado eres silencio.
Y no porque te quemen,
porque te disimulen bajo tierra,
porque te escondan
en cementerios, bosques, páramos,
van a impedir que te encontremos,
Che Comandante,
amigo.

Con sus dientes de júbilo
Norteamérica ríe. Mas de pronto
revuélvese en su lecho
de dólares. Se le cuaja
la risa en una máscara,
y tu gran cuerpo de metal
sube, se disemina
en las guerrillas como tábanos,
y tu ancho nombre herido por soldados
ilumina la noche americana
como una estrella súbita, caída
en medio de una orgía.
Tú lo sabías, Guevara,
pero no lo dijiste por modestia,
por no hablar de ti mismo,
Che Comandante,
amigo.

Estás en todas partes. En el indio
hecho de sueño y cobre. Y en el negro
revuelto en espumosa muchedumbre,
y en el ser petrolero y salitrero,
y en el terrible desamparo
de la banana, y en la gran pampa de las pieles,
y en el azúcar y en la sal y en los cafetos,
tú, móvil estatua de tu sangre como te derribaron,
vivo, como no te querían,
Che Comandante,
amigo.

Cuba te sabe de memoria. Rostro
de barbas que clarean. Y marfil
y aceituna en la piel de santo joven.
Firme la voz que ordena sin mandar,
que manda compañera, ordena amiga,
tierna y dura de jefe camarada.
Te vemos cada día ministro,
cada día soldado, cada día
gente llana y difícil
cada día.
Y puro como un niño
o como un hombre puro,
Che Comandante,
amigo.

Pasas en tu descolorido, roto, agujereado traje de campaña.
El de la selva, como antes
fue el de la Sierra. Semidesnudo
el poderoso pecho de fusil y palabra,
de ardiente vendaval y lenta rosa.
No hay descanso.
¡Salud, Guevara!
O mejor todavía desde el hondón americano:
Espéranos. Partiremos contigo. Queremos
morir para vivir como tú has muerto,
para vivir como tú vives,
Che Comandante,
amigo.

Che

Samuel Feijoó

Sobrio, tranquilo y tajante,
Así, se levantaba, andaba
latía.
Ni un solo instante se perdió en flojeras,
nimiedades, jactancias, quejas.
Ni una solo vianda
arrimo a su plato
con su propia mano en la cena de todos.
Era la justicia, sonreída y firme.
Así, solo se ha visto.
así.
jamas tendra su noche en la memoria.
Retornará como los huracanes y los rayos,
todo encendido como era
y es, en la justícia,
y abatira a los cuervos y a las fieras,
sangrientas águilas.
No haya duelo por él, ganó la llamarada
del que se ofrenda entero.
Todos los apaleados del mundo
lo entienden, lo besan, lo sujetan: héroe,
sin esperar más gloria que el futuro
alegre. No haya duelo.
Su victoria es la nuestra; no cejamos:
siglo tras siglo.

Che

Mario Benedetti

Lo han cubierto de afiches / de pancartas
de voces en los muros
de agravios retroactivos
de honores a destiempo

lo han transformado en pieza de consumo
en memoria trivial
en ayer sin retorno
en rabia enmbalsamada

han decidido usarlo como epilogo
como ultima thule de la inocencia vana
como anejo arquetipo de santo o satanas

y quizas han resuelto que la unica forma
de desprenderse de El
o dejarlo al garete
es vaciarlo de lumbre
convertirlo en un heroe
de marmol o de yeso
y por lo tanto inmovil
o mejor como mito
o silueta o fantasma
del pasado pisado

sin embargo los ojos incerrables del che
miran como si no pudieran no mirar
asombrados tal vez de que el mundo no entienda
que treinta anos despues siga bregando
dulce y tenaz por la dicha del hombre.

Hasta siempre Comandante

Carlos Puebla

Aprendimos a quererte
desde la histórica altura
donde el sol de tu bravura
le puso un cerco a la muerte.

Aquí se queda la clara,
la entrañable transparencia,
de tu querida presencia
Comandante Che Guevara.

Tu mano gloriosa y fuerte
sobre la historia dispara
cuando todo Santa Clara
se despierta para verte.

Aquí se queda la clara,
la entrañable transparencia,
de tu querida presencia
Comandante Che Guevara.

Vienes quemando la brisa
con soles de primavera
para plantar la bandera
con la luz de tu sonrisa.

Aquí se queda la clara,
la entrañable transparencia,
de tu querida presencia
Comandante Che Guevara.

Tu amor revolucionario
te conduce a nueva empresa
donde esperan la firmeza
de tu brazo libertario.

Aquí se queda la clara,
la entrañable transparencia,
de tu querida presencia
Comandante Che Guevara.

Seguiremos adelante
como junto a ti seguimos
y con Fidel te decimos:
hasta siempre Comandante.

Aquí se queda la clara,
la entrañable transparencia,
de tu querida presencia
Comandante Che Guevara.

(1965)

Esta canción fue compuesta poco de después de conocerse la carta de despedida del Che.

viernes, septiembre 28, 2007

Intervención del ministro de Relaciones Exteriores de Cuba ante la Asamblea de la ONU

Felipe Pérez Roque

Debate General del 62 Período de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas. 26 de Septiembre de 2007, Nueva York

Señor Presidente:

Nunca antes se habían hecho tan evidentes los peligros reales que acechan a la especie humana; nunca antes se habían hecho tan evidentes las violaciones al Derecho Internacional que ponen en creciente peligro a la paz y la seguridad internacionales; nunca antes se habían hecho tan evidentes la desigualdad y la exclusión, que golpean a más de las dos terceras partes de la población de nuestro planeta.

Poner fin al despilfarro y al frenesí consumista que promueven las grandes corporaciones y los grupos de poder de un reducido grupo de países desarrollados, que derrochan a costa de la pobreza y la perpetuación del subdesarrollo en una vasta periferia de países pobres en los que malviven miles de millones de personas, se ha convertido en un factor clave para la subsistencia de la humanidad. La reunión de alto nivel de esta Asamblea General, efectuada hace tan solo dos días, dejó claro el peligro que representa el acelerado calentamiento global que ya padecemos y su efecto en el cambio climático. Hay que actuar, y hacerlo rápido, y los países desarrollados tienen el deber moral y la responsabilidad histórica de dar el ejemplo y encabezar el esfuerzo.

Por otra parte, varios de nuestros países, siempre del Sur, siguen siendo víctimas de inadmisibles actos de agresión por parte de los poderosos de siempre, motivados, en lo esencial, por el insaciable apetito de recursos estratégicos. Las guerras de conquista y la proclamación y aplicación de doctrinas basadas en la guerra preventiva, que no excluyen el uso de armas nucleares incluso contra Estados que no las poseen, y el uso reiterado de pretextos tales como el supuesto combate al terrorismo, la pretendida promoción de la democracia o el llamado cambio de régimen en países unilateralmente calificados como estados villanos, constituyen hoy la mayor y más grave amenaza a la paz y la seguridad en el mundo.

La agresión y ocupación ilegal de países, la intervención militar contraria al Derecho Internacional y a los propósitos y principios de la Carta de la ONU, el bombardeo a civiles y la tortura siguen siendo prácticas diarias. Bajo la falsa letanía de la libertad y la democracia, se intenta consagrar el saqueo de los recursos naturales del Tercer Mundo y controlar zonas de creciente importancia geoestratégica. Ese y no otro es el proyecto de dominación imperial que intenta imponer a sangre y fuego la superpotencia militar más poderosa que el hombre ha visto.

Lejos de actuarse en las relaciones internacionales según los principios de la solidaridad, la justicia social e internacional, la igualdad y el desarrollo para todos, se emplean sin el mínimo pudor las prácticas de certificar a países, de imponer bloqueos unilaterales, de amenazar con la agresión, de chantajear y coaccionar.

Si un pequeño país defiende su derecho a la independencia se le acusa de Estado villano; si una potencia agrede a un país se dice que "lo libera". Un combatiente contra la agresión extranjera es un terrorista; un soldado agresor es un "luchador por la libertad". Es la guerra mediática, la estafa de las verdades, la tiranía del pensamiento único en un mundo globalizado.

En lugar de avanzar hacia el desarme general y completo, incluido el desarme nuclear, que ha constituido por décadas un reclamo permanente del Movimiento de Países No Alineados, se promueve el armamentismo y el despilfarro en nuevas armas y sistemas de armamentos que gastan los recursos que el mundo requeriría para mitigar los efectos del cambio climático y para hacerle frente a los gravísimos problemas derivados de la pobreza y la marginación.

Se intenta impedir, politizada y selectivamente, la aplicación del principio, proclamado ya en el Tratado de No Proliferación Nuclear, de que las naciones tienen derecho al desarrollo de la energía nuclear con fines pacíficos. Se amenaza con la guerra y la destrucción a unos países mientras se le permite al aliado agresivo disponer de cientos de artefactos nucleares y se le ayuda a modernizarlos continuamente.

¿Cuánto tiempo más tendrá que transcurrir y cuántas nuevas víctimas morirán antes de que los halcones de la guerra comprendan que las armas no sirven para resolver los graves problemas de la humanidad?

Un día como hoy, vale la pena recordar las palabras del Presidente Fidel Castro ante esta Asamblea General en octubre de 1979:

"Digamos adiós a las armas y consagrémonos civilizadamente a los problemas más agobiantes de nuestra era. Esa es la responsabilidad y el deber más sagrado de todos los estadistas del mundo. Esa es, además, la premisa indispensable de la supervivencia humana".

Señor Presidente:

Hoy no se avanza hacia el cumplimiento de las Metas del Milenio y de las decisiones de las grandes conferencias de las Naciones Unidas efectuadas durante la última década.

La pobreza no disminuye. Crece la desigualdad entre los países y dentro de los países.

Mil cien millones de personas no tienen acceso a agua potable; 2 600 millones carecen de servicios de saneamiento; más de 800 millones son analfabetos y 115 millones de niños no van a la escuela primaria; 850 millones pasan hambre todos los días. El 1% de las personas más ricas del mundo posee el 40% de la riqueza, mientras el 50% de la población mundial apenas cuenta con un 1%. Todo esto ocurre en un mundo que gasta un millón de millones en armas y otro en publicidad comercial.

Los cerca de mil millones de personas que viven en países desarrollados consumen alrededor de la mitad de la energía total, mientras que casi 2000 millones de pobres no conocen todavía la electricidad.

¿Es ese el mundo que quieren que aceptemos? ¿Es acaso el futuro con el que debemos conformarnos? ¿Tenemos o no derecho a luchar por cambiar este estado de cosas? ¿Debemos o no luchar porque un mundo mejor sea posible?

¿Por qué se despilfarran tan colosales recursos en la industria de matar y no se emplean para salvar vidas? ¿Por qué no se construyen escuelas en vez de submarinos nucleares y hospitales en vez de bombas "inteligentes"? ¿Por qué no se producen vacunas en vez de vehículos blindados y más alimentos en vez de más bombarderos? ¿Por qué no se impulsan las investigaciones para combatir el SIDA, la malaria y la tuberculosis en vez de para fabricar escudos antimisiles? ¿Por qué no se libra la guerra contra la pobreza en vez de contra los pobres?

A pesar de que se necesitan sólo 150 mil millones de dólares para alcanzar las Metas del Milenio, se afirma hipócritamente que no hay de donde obtener los recursos financieros necesarios. ¡Mentira! Sí hay dinero de sobra, lo que falta es la voluntad política, la ética y el compromiso real de los que tienen que tomar las decisiones.

Si se quiere de verdad encontrar el dinero:

Cúmplase de una vez con el compromiso de dedicar el 0,7% del PIB a la Ayuda Oficial al Desarrollo. Ello significaría más de 141 mil millones de dólares adicionales a los montos actuales. En el colmo de la simulación, los países donantes contabilizan ahora las condonaciones de una deuda que saben que no podrán cobrar para inflar artificialmente sus contribuciones.

Condónese la deuda externa, que nuestros países han pagado ya más de una vez. Ello permitiría dedicar al desarrollo los más de 400 mil millones de dólares que hoy se dedican al servicio de una deuda que no deja de crecer.

Conclúyase la Ronda de Doha para el desarrollo y elimínense los 300 mil millones de subsidios agrícolas de los países desarrollados. Ello permitirá dedicar ese dinero a luchar contra la pobreza rural, la inseguridad alimentaria y a garantizar precios justos para los productos de exportación de los países subdesarrollados.

Reconózcase nuestro derecho al desarrollo. Garantícese nuestro derecho a acceder a los mercados, las patentes y las tecnologías que hoy son monopolio exclusivo de los poderosos. Ayúdese a nuestros países a formar profesionales y científicos y déjese de robarnos el talento.

Los países no alineados no necesitamos limosnas; necesitamos y exigimos justicia.

Respétese nuestro derecho a la diversidad cultural y a la preservación de nuestro patrimonio, nuestros símbolos y nuestra idiosincrasia. Ese ha sido el reclamo unánime que los países no alineados acabamos de proclamar en Teherán, en nuestra Reunión Ministerial sobre Derechos Humanos y Diversidad Cultural.

Señor Presidente:

Los países no alineados queremos unas Naciones Unidas más democráticas y transparentes, en las que la Asamblea General, su órgano más representativo y democrático, ejerza realmente las facultades que le corresponden.

Necesitamos unas Naciones Unidas con un Consejo de Seguridad reformado, que actúe dentro del mandato que le otorga la Carta constitutiva de la Organización, sin invadir las funciones y prerrogativas de otros órganos del sistema. Un Consejo de Seguridad con una membresía ampliada, a tono con la composición actual de la ONU, donde los países subdesarrollados somos mayoría. Un Consejo de Seguridad donde se reformen radicalmente sus métodos de trabajo para permitir la transparencia y el acceso de todos los Estados Miembros a sus labores.

Defendemos unas Naciones Unidas donde el multilateralismo y las soluciones acordadas en el más absoluto respeto a la Carta, constituyan la única vía de abordar y resolver los problemas actuales.

Necesitamos un Consejo de Derechos Humanos que impida la repetición de los graves errores de la antigua Comisión de Derechos Humanos. Un Consejo que consagre en su práctica el principio de que los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes. Un Consejo que ponga fin a la selectividad y los dobles raseros. Los países no alineados nos opondremos firmemente a las aviesas maquinaciones de algunos poderosos que, frustrados por no haber podido lograr sus objetivos, pretenden ahora reabrir y cuestionar el acuerdo alcanzado en el arduo y difícil proceso de construcción institucional del Consejo.

Los países no alineados no cejaremos en la defensa de los postulados con los que se fundó nuestro Movimiento, que son similares a los de esta Organización. Fomentaremos entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto a los principios de soberanía, igualdad de derechos y libre determinación de los pueblos.

Continuaremos defendiendo el derecho del sufrido y heroico pueblo palestino a tener su propio Estado con su capital en Jerusalén Oriental. Continuaremos condenando el genocidio que contra él se comete.

Seguiremos proclamando el derecho del pueblo de Puerto Rico a la soberanía y la independencia.

Los países no alineados representamos casi dos tercios de la membresía de Naciones Unidas. Nuestras reivindicaciones no podrán ser preteridas ni nuestros intereses ignorados. Nos mantendremos unidos y nos apoyaremos en la defensa de nuestros derechos. Haremos que nuestra voz sea escuchada.

Señor Presidente:

Aquí terminaba mi discurso como Presidente del Movimiento de Países No Alineados. Sin embargo, la escandalosa y grosera actuación del Presidente de los Estados Unidos en esta sala, en la mañana de ayer, me obliga ahora a pronunciar unas palabras a nombre de Cuba.

Empleando un lenguaje soez y un tono arrogante, el Presidente Bush insultó y amenazó a una decena de países; impartió órdenes, terminante y autoritario, a la Asamblea General; y distribuyó, con una prepotencia jamás vista en esta sala, calificaciones y juicios sobre una veintena de países.

Fue un espectáculo bochornoso. El delirium tremens del gendarme mundial. La embriaguez del poder imperial, aderezada con toda la mediocridad y el cinismo de los que amenazan con guerras en las que saben que no se juegan su vida.

El Presidente de los Estados Unidos no tiene ningún derecho a juzgar a otra nación soberana de este planeta. Tener poderosas armas nucleares no da derecho alguno sobre los derechos de los pueblos de los otros 191 países aquí representados.

¡Y no debe subestimarse la determinación y el coraje de los pueblos a la hora de defender sus derechos! A fin de cuentas, lo que vale no es el poder de los cañones, sino la justeza de las ideas por las que se combate. El Presidente belicoso y amenazante ya debería haberlo aprendido a estas alturas.

Igualdad soberana de los Estados y no "cambio de régimen". Respeto a la soberanía y no certificaciones unilaterales de buena conducta. Respeto al Derecho Internacional y no bloqueos y guerras ilegales.

El Presidente Bush habló de democracia, pero todos sabemos que miente. Él llegó a la Presidencia mediante el fraude y el engaño. Nos hubiéramos ahorrado ayer su presencia y habríamos escuchado al Presidente Albert Gore hablar sobre el cambio climático y los riesgos para nuestra especie. Recordamos, además, cómo apoyó sin ambages el golpe de Estado contra el Presidente y la Constitución de Venezuela.

Habló de paz, pero sabemos que miente. Recordamos bien cuando amenazó a 60 o más países, a los que llamó "oscuros rincones del planeta", con hacerlos desaparecer de la faz de la Tierra con ataques preventivos y sorpresivos. Bush es un curioso guerrero que, desde la retaguardia, manda a matar y a morir a los jóvenes de su país a miles de kilómetros de sus costas.

Habló de derechos humanos, pero sabemos que miente. Es el responsable de la muerte de 600 mil civiles en Irak, autorizó la tortura en la Base Naval de Guantánamo y en Abu Ghraib, y es cómplice del secuestro y la desaparición de personas, los vuelos secretos y las cárceles clandestinas.

Habló de la lucha contra el terrorismo, pero sabemos que miente. Ha garantizado total impunidad a los más abominables grupos terroristas que, desde Miami, han perpetrado horrendos crímenes contra el pueblo cubano.

El Presidente Bush atacó al nuevo Consejo de Derechos Humanos. Sangra por la herida; rumia su impotencia. Lo martiriza la vergüenza de que, durante su Presidencia, Estados Unidos no puede siquiera aspirar a ser miembro, porque las elecciones son por voto secreto. Cuba, en cambio, resultó elegida miembro fundador con más de dos tercios de los votos.

Habló de cooperación, desarrollo y prosperidad para el resto del mundo, pero todos sabemos que miente. Ha sido el más egoísta e irresponsable político que hayamos visto. En un mundo en el que morirán este año 10 millones de niños menores de 5 años por enfermedades prevenibles, sus mezquinas y demagógicas propuestas de ayer son una broma de mal gusto.

El Presidente Bush no tiene autoridad moral ni credibilidad para juzgar a nadie. Debería responder ante el mundo por sus crímenes.

Hay un límite a la arrogancia y la hipocresía. Hay un límite a la mentira y el chantaje. Cuba rechaza y condena cada una de las mendaces palabras pronunciadas ayer por el Presidente de los Estados Unidos.

Señor Presidente:

Cuba agradece la solidaridad que ha recibido de esta Asamblea General en su lucha contra el bloqueo y las agresiones que ha debido enfrentar durante casi cinco décadas.

Cuba agradece a los que han apoyado su lucha tenaz contra el terrorismo y han levantado su voz a favor de la liberación de cinco luchadores antiterroristas cubanos encarcelados injustamente en prisiones de Estados Unidos.

Cuba luchará junto con todos los integrantes del Movimiento de Países No Alineados por alcanzar un orden internacional más justo y democrático, en el que nuestros pueblos puedan ejercer su derecho a la paz y el desarrollo.

Se nos podrá acusar de soñadores, pero luchamos con la convicción de que los sueños de hoy serán las realidades de mañana.

Luchamos con la convicción de que cuando hay hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres y en ellos va un pueblo entero, va la dignidad humana.

Muchas gracias.

FUENTE: Rebelión

martes, septiembre 25, 2007

Pasó el Ejército
y del dulce pueblito que antes era
atractivo turístico
en las postales multicoloridas,
no quedó piedra sobre piedra
ni quien para contarlo:
se encontró los cadáveres de mujeres preñadas
con el feto asomado por la herida del vientre.
Se encontró a muchachitos de cinco años y menos
colgados de las tripas en las ramas de un árbol.
Los ancianos del pueblo,
venerables,
estaban decapitados en la plaza frente a la iglesia.
No quedaba ni quien para contarlo.
Ni los perros.
Y la prensa, la radio y la televisión
repetían, hoy lunes, el sermón del domingo
del Señor Presidente
general y pastor evangelista,
que comenzó diciendo:
"Dios es Amor, hermanos..."

Manuel José Arce

General

General
no importa cuál,
da lo mismo,
es igual:
Para ser General,
como usted, General,
se necesita
haber sido nombrado General.
Y para ser nombrado General,
como usted, General,
se necesita
lo que usted no le falta, General.
Usted merece bien ser General,
llena los requisitos, General.
Ha bombardeado aldeas miserables,
ha torturado niños
ha cortado los pechos de las madres
rebosantes de leche,
ha arrancado los testículos y lenguas,
uñas y labios y ojos y alaridos.
Ha vendido mi patria
y el sudor de mi pueblo
y la sangre de todos.
Ha robado, ha mentido, ha saqueado,
ha vivido
así, de esta manera, General.

General
no importa cuál:
para ser General,
como usted, General,
hay una condición fundamental:
ser un hijo de puta,
General.

Manuel José Arce

jueves, septiembre 06, 2007

El valor nominal del pasado, el presente y el futuro en la trampa capitalista.

Mario Castañeda.
marioecastamal@yahoo.com

Elector : El que goza del sagrado privilegio de votar por un candidato que eligieron otros.
Ambrose Bierce
Diccionario del diablo.

La variedad de colores saturan el ambiente. Los ruidos a los que nos acostumbra la tormentosa ciudad quedan en segundo plano ante las repetidas canciones e hipócritas discursos de quienes se avorazan por la estafeta que, como premio a sus babas de canino cayendo por los labios, sueñan alcanzar para reproducir el estamento al que aspiran ser o servir. Ya no hay centímetro en las calles que libre esté de propaganda anunciadora de las nupcias entre el poder y el capital; pero tampoco están libres las mentes.

La obligación que nos han vendido a manera de una fiesta democrática, ha sido diseñada como uno de los insultos más aberrantes al pensamiento y la dignidad. Los millones pasan de mano en mano, de cuenta bancaria en cuenta bancaria; adornan los bolsillos y llenan los estómagos de quienes en agencias de publicidad se desvelan ideando cómo levantar perfiles de asesinos, de traidores, de predicadores de moral que se masturban en soledad frente al espejo con la mente puesta en las vírgenes del cielo; de edecanes que posan para que les den el apetecido voto cual limosna en la ceremonia religiosa de la estupidez, los compadrazgos, la corrupción y el ascenso al trono para que vasallos incondicionales besen sus pies.

Están allí vendiendo milagros, valiéndose de miserias para ofrecer dioses de mano dura, dioses que bendicen a los eternos malditos desde la verticalidad de la caridad discursiva, esperanzas que se burlan de los infantiles cuerpos desnudos, de panzas repletas de animales que chupan los restos de la pobreza, descaradamente, como ellos: los mesías del poder.

Sus fieles, sus seguidores, ellos, me recuerdan a escenas de The Wall de Pink Floyd cuando aquella niñez camina dirigida hacia el procesador de carne humana, hacia el matadero sin saber por qué, o en algunos casos, sabidos de ello, concientes, felices, arrodillados como en peregrinación hacia la Esquipulas de sus amos, de los que les regalan unos centavos para cargar banderas que se imponen como destellos que ciegan, y que aunque quieran lo contrario con todo el odio muy en su interior, son inocuos a sus patrocinadores.

Felices los descendientes de las épocas colonial y liberal que apadrinan con su abolengo la supremacía de apellidos de familia y de negocios, y que nadan despreocupadamente entre las riquezas producidas por los peones herederos del hacer -llamado también trabajo- a través de los siglos, y que, caracterizados como sea: peninsulares, criollos, liberales, conservadores, europeos, civilizados, gringos y/o neoliberales, adormecen la mente de las multitudes bajo la responsabilidad asignada cristianamente a su condición de clase, hoy traducida en el voto.

La juventud, homogénea palabra repleta de diversidad que ignora la historia, asiste mayoritariamente con niños en brazos, hijos no deseados, pachas sin leche, celulares en la cintura y Tommy Hilfiger en el pecho, las nalgas y la espalda, a marcar las respectivas papeletas por el que mejor le cae, por el que le aconsejaron, por el que le ofrece mejor las mentiras bondadosas del capitalismo. Los adultos mayores van a votar pensando que en el papel que marcarán encontrarán la foto de Jorge Ubico.

Los asalariados de negro y de particular, los que siempre están prestos a ver como sospechoso a todo aquel que intenta ejercer ciudadanía no a través del voto sino cuando busca la libertad porque piensa, esos asalariados iguales a la “indiada” que sobrevive camuflada en cuarteles soñando que aniquila subversivos o terroristas, según se lo haga creer el Estado empresarial, esos, los privilegiados del ejercicio del poder para prohibir la vida, sirven para garantizar las excusas con que se justifica para sí la clase dominante. Son los que cuidan el circo, y lo hacen por dinero, por placer, por herencia y por su incuestionable construcción humana.

Son de los que puedo ver en las pupilas de sus ojos, en el reflejo indiferente de su mirar, algunos cuerpos mutilados de mujeres que se suman a las estadísticas para que los atletas de éste patético triatlón (poder-capital-clase) compitan disfrazados con el objeto de perpetuar el carnaval de los de siempre.

Rectángulos de plasma y cajas cuadradas con vidrio al frente y mentiras en su interior; figuras irreales que al ritmo de la música de los que realmente mandan y edulcoran la realidad, presentan a sus muñecos de carne y hueso como benditos apologistas con un gran parecido a los cuadros económicos y políticos que se forman en las universidades de derecha, haciendo alarde de un serio y profundo debate sobre la resolución de históricos y estructurales problemas, alarde reducido a la arcaica e insustancial competencia propagandística que es reflejo de sus ineptos cerebros incapaces de diferenciar lo que es pensar, analizar, hablar y debatir; gustosos de repetir como gastada grabación audiovisual las superficiales cualidades que no incluyen el cómo de las posibilidades de cambio.

Cajitas tontas y hologramas construidos por CNN que le dicen al futuro votante “no hay más que esto! Votá por la hipocresía! Validá el sistema! Legitimá el engranaje de nuestra falsa democracia! Total, vos seguís siendo quien yo quiero que seás; vos sos el que me mira, el que me cree, el que hace por mí la garantía perpetua del sistema, la morbidez de mis fantasías, del rutinario homo no sapiens, del fundamentalista, del idólatra de lo ficticio, el sublime objeto que compro y que vendo, el fetiche que me satisface y que se refleja en mí, que quiere ser como yo, que me imita, el que nace, crece, se reproduce y muere contento si me alaba o triste y amargado si me piensa; frustrado si me comprende; libre si me vence."

Y siguen los ruidos y los colores, inundando las apestosas calles del Centro Histórico, ese pedazo de ciudad que por más agua, jabón y pintura que el no ingenioso hidalgo alcalde de la capital intente maquillar, seguirá siendo el reflejo de mendigos que no caben en las urnas, los que dejan su huella de caca en las banquetas junto a las esculturales plastas que los perros callejeros defecan con tanta naturalidad y sin preocupación alguna, como si fueran diputados.
Esa ciudad, ese país donde los que trabajan en la calle no tienen seguro social, donde abundan las armas de todo tipo, donde los narcos al amparo de los empresarios del Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial se divierten entumeciendo organismos. Donde la violencia es nuestra cotidiana sonrisa ante el embate de la vida.

País de terratenientes que matan con hambre y con las balas de sus sicarios. País de religiosos que no pagan impuestos como muchos empresarios que salen en televisión hablando de democracia, libre mercado, y que solo tienen en la punta de la lengua el ejemplo de Chile como paradigma –frágil y falso- del desarrollo en América Latina.

País de acuerdos y leyes que no funcionan porque sus ejecutores tampoco funcionan, siendo ellos los que participan y se benefician de esa feria titular que se celebra cada cuatro años llamada elecciones.

Oh Jehová de los ejércitos! (especialmente del de Guatemala) Aclamado te hacés desde el hocico de las bestias cristianas de negocios, los que te hacen mega templos para usarte como transacción piadosa de las enfermas mentes que no encuentran su lugar en la tierra, de los que hoy te ponen como dios guerrero ante la guerra fría del presente, dividiendo a los buenos de los malos, pactando en tu nombre el voto certero que no afecte las ganancias de los falsos profetas.

Oh deidad que no has servido más que para ser utilizado en los discursos; tu invención se fortalece en los que todavía no saben que existe la naturaleza y no se logran explicar la realidad desde la razón y la subjetividad.

Lo concreto cada día es más duro dentro del embeleco que la feria del cinismo burgués en la peor de sus presentaciones logra. Y, como coincidencia de la trama ideológica, se suma el trágico nacionalismo de septiembre que nos recuerda el rataplán plan plan de insensatos que marchan felices como soldaditos de plomo recordando lo que no pueden discernir, celebrando lo que no somos ni tenemos; lo que en esencia debiera celebrarse cada 20 de octubre, la verdadera independencia que se lograba hasta que Arbenz y su reforma agraria lastimaron las sensibles gónadas de la bestia imperial y sus apoderados vasallos. Única era en la que el voto valió la pena.

Y así continúa la obra teatral en este recinto donde las butacas privilegiadas las tiene la oligarquía, donde el agasajo es para los de corona y pistola; mientras, actores y actrices acuden en manada fatua a marcar caros papeles –paradójicamente- con una seña que sustituye un nombre y representa una incógnita a favor de sus nuevos domadores para hacer realidad el jolgorio del Tío Sam, los banqueros, las transnacionales y los accionistas minoritarios de éste país frente a sus empleadores y artífices de tratados de libre comercio y cooperantes internacionales, que por cierto, llevan más de quinientos años cooperando y haciendo negocios con nuestros recursos.

Entre tanto, quienes decidimos no bailar la pieza reguetonera del momento, placenteramente decidimos reclamar la autoría de nuestra acción, resistiendo al sometimiento mental y corporal de las empresas de información que añoran hacernos sentir el mea culpa de la no participación en la farándula politiquera. Yo no voto. No valido ese lenguaje que sutilmente en su estrategia desmovilizadora ha permeado la ciencia social y que desde ese mostrador de tienda lujosa pretende convertirnos en asesinos del presente y podridamente correctos.

Cuando el intelicidio no esté a la orden del día, cuando la tecnología y la plata de la cooperación no sustituyan el pensar, cuando las opciones sean construidas desde abajo, cuando los constructores democráticos sean reales y estén dispuestos a articularse en un conciente frente anti-oligárquico, entonces quizá, las elecciones tengan sentido. Por el momento, mi ser no será parte de la legitimidad del valor nominal del ayer, del hoy y del mañana en la trampa capitalista.

www.albedrio.org

... Lástima que yo / no pueda votar/ porque votaría también por Sandoval...

Realidiario (582).
René Leyva (La Hora 5-9-7)

Voto chafa, voto alienado. ¿Votar por un militar en el país de la eterna? Si hasta suena absurdo su solo enunciado. Grotesco más bien, chocante, irracional. Porque tal posibilidad parece no caber en la cabeza, por abierta y despejada que esté; no se le encuentra viabilidad en la mente y el corazón de quien tiene dignidad, memoria histórica, inteligencia, amor al prójimo y a su patria.

Que los sufragantes de un país mártir voten por sus ex verdugos, quienes nunca han reconocido su condición de tales ni mucho menos sentido arrepentimiento y pedido perdón para ser perdonados.Votar por un militar en el país del genocidio, de la tierra arrasada, los cementerios clandestinos, la expoliación, el despojo, el peor holocausto en la Latinoamérica republicana. El voto retrógrado, el voto amnésico, el voto masoquista, el voto humillante, el voto ofensivo, el voto alienado, el voto enajenado, el voto por la bota, la cachucha, el puño de hierro, la mano paralítica que nunca ha creado ni producido nada. Nuestro futuro inmediato no puede ser una prolongación del pasado oprobioso, una vuelta a Ubico, a Arana Osorio, a Lucas García, a Ríos Montt. Cuando la sangre de los inmolados no termina de secarse porque el olvido no cura las llagas. No puede ser que el miedo le muerda la cola al silencio. Nunca más. ¿Quién emite un voto cómplice?

¡Sin maíz no hay país!


No a la democracia tutelada en Guatemala
Por Byron Garoz - Guatemala, 5 de septiembre de 2007

Hace unos días asistí a la presentación de la película guatemalteca “El Cuento de la democracia”. Al concluir la proyección, en la fase de comentarios, manifesté que me pareció una película bien hecha: la fotografía, el sonido y las actuaciones son bastante buenas. Sin embargo, me quedó la duda –la que expresé a los productores- de cuál es el mensaje que se pretende transmitir. El hecho de que al final de la película la abuela diga a su nieta que no votará por ninguno de los partidos políticos porque “no representan los intereses del pueblo” me dejó varias interrogantes: ¿es un llamado a la abstención?, ¿contradice el planteamiento del movimiento indígena y campesino (del movimiento popular en general) a nivel continental de pasar “de la resistencia al Poder”? ¿O es que la construcción de ese Poder no pasa necesariamente por las urnas?

Conocemos las fallas del sistema liberal representativo y las dificultades que tienen las expresiones políticas que cuestionan el modelo dominante para avanzar en el trabajo organizativo y hacer llegar su mensaje, en un contexto claramente controlado y sesgado por el capital y por los grandes medios de comunicación. Esto ha sido clarísimo en la actual contienda electoral: los medios de comunicación han definido un menú de cinco candidaturas. Todo lo demás no cuenta, no es relevante, es un “voto desperdiciado” o prácticamente “no existe”.

Esto ha sido denunciado a lo largo de la campaña, sin embargo, la práctica continúa. ¿Impacta esto en el electorado? Por supuesto. Es una clara violación al derecho a la información seria y responsable, entre otras violaciones mucho más graves. En un país en que los partidos políticos de derecha cuentan con grandes recursos financieros, lo deseable es que los medios de comunicación balanceen el proceso con información y análisis objetivos.

Pero no podemos pedir peras al olmo ni obviar la íntima relación entre empresariado y medios de comunicación. Así que es nuestro deber denunciar esta situación. Porque ese es el verdadero juego con la democracia. Juego en el sentido de burla y manipulación. Más allá de los resultados de estas elecciones -importantísimos porque definirán el rumbo del país en los próximos años- debemos avanzar en la demanda popular de contar con información seria y responsable. No más abusos de los medios.

Volviendo a la película: Durante la proyección estuvo presente un compañero boliviano quien recalcó que en su país han llevado a la presidencia a un indígena, que el pueblo está impulsando cambios estructurales para refundar Bolivia y hacerlo un país verdaderamente democrático. Esto ha costado años de lucha que hoy se concreta en la toma del poder en el marco de la democracia burguesa. Otros pueblos de América Latina como Venezuela y Ecuador también avanzan en esa dirección. Concluyó diciendo que comparte plenamente –como ellos han demostrado en la práctica- que es posible tomar el poder por medio de la lucha, la organización y el voto.

Por mi parte tengo claro que es necesario el debate sobre el replanteamiento del Estado guatemalteco, la Democracia, las autonomías, el derecho de los pueblos al territorio y sus recursos, sobre la participación, los partidos políticos, la representación y el poder local -por citar algunos temas-; es algo en que necesitamos avanzar rápidamente. Pero el domingo 9 de septiembre debemos manifestar nuestra posición política en las urnas. Yo me opongo a más de lo mismo, a la mano dura, a la mano aguada y a la mano larga. Me opongo a las candidaturas que pretenden imponernos los medios de comunicación y el gran capital. Digo no a la democracia tutelada y dirigida.

Apoyo el cambio. Apoyo un proyecto diferente, transformador e incluyente.

Por eso digo: ¡Sin maíz no hay país!

www.albedrio.org