miércoles, julio 26, 2006

La vergüenza de ser estadounidense

Paul Craig Roberts
Traducido del inglés para Rebelión y Tlaxcala por Germán Leyens*

¿Sabes que Israel realiza una limpieza étnica en el sur de Líbano? Israel ha ordenado que todos los aldeanos se vayan. Israel luego destruye sus casas y asesina a los aldeanos en fuga. Así no hay nadie que vuelva y nada donde puedan retornar, facilitando que Israel se apodere del territorio, tal como Israel ha estado robando Palestina a los palestinos.

¿Sabes que un tercio de los civiles libaneses asesinados por los ataques de Israel contra barrios residenciales civiles son niños? Es lo que informa Jan Egeland, coordinador de la ayuda de emergencia de la ONU. Dice que es imposible que la ayuda llegue a los heridos y a los que están sepultados en los escombros, porque los ataques aéreos israelíes han destruido todos los puentes y carreteras. Considerando la frecuencia (casi permanente) con la que Israel no da en el blanco cuando se trata de Hezbolá y alcanza objetivos civiles, se podría imaginar que el fuego israelí sea guiado por satélites de EE.UU. y el sistema militar GPS de EE.UU. No te sorprendas si EE.UU. es cómplice. ¿Por qué iba a ser menos malvado el títere que el titiritero?

Pero tú no sabes de estas cosas, porque los medios impresos y televisivos de EE.UU. no informan al respecto.

Porque Bush está tan orgulloso de sí mismo, sabes que ha bloqueado todo esfuerzo por detener la matanza israelí de civiles libaneses. Bush ha dicho “NO” a la ONU. Bush ha dicho “NO” a la Unión Europea. Bush ha dicho “NO” al primer ministro pro-estadounidense de Líbano, Por dos veces. Bush se siente muy orgulloso de su firmeza. Los excesos israelíes lo deleitan y le gustaría poder hacer lo mismo en Iraq.

¿Te convierte en un Estadounidense Orgulloso el que “tu” presidente haya dado a Israel luz verde para arrojar bombas sobre columnas de aldeanos que huyen de los bombardeos israelíes, sobre vecindarios residenciales en la capital libanesa y por todo el país, contra hospitales, centrales eléctricas, fábricas y bodegas de alimentos, puertos, aeropuertos civiles, puentes, carreteras, sobre cada parte de la infraestructura de la que depende la vida civilizada? ¿Eres un Estadounidense Orgulloso? ¿O eres un títere de Israel?

El 20 de julio, “tu” Cámara de Representantes votó por 410 votos contra 8 a favor de los masivos crímenes de guerra de Israel en Líbano. No contentos con convertir a cada estadounidense en un cómplice de los crímenes de guerra, “tus” representantes, según Associated Press, también “condenan a los enemigos del Estado judío.”

¿Quiénes son los “enemigos del Estado judío?

Son los palestinos, cuya tierra ha sido robada por el Estado judío, cuyos hogares y olivares han sido destruidos por el Estado judío, cuyos hijos han sido matados a tiros en las calles por el Estado judío. Son palestinos que han sido amurallados en guetos, que no pueden llegar a sus tierras de cultivo o a la atención sanitaria, o a sus escuelas, que no pueden conducir por carreteras en Palestina que han sido construidas sólo para judíos. Son palestinos, cuyas antiguas ciudades han sido invadidas por colonos sionistas militantes bajo la protección del ejército israelí que golpea y persigue a los palestinos y los expulsa de sus localidades. Son palestinos que no pueden permitir que sus niños salgan de sus casas porque serán asesinados por colonos israelíes.

Los palestinos que enfrentan al mal israelí son llamados “terroristas.” Cuando Bush impuso elecciones libres a Palestina, la gente votó por Hamas. Hamas es la organización que ha hecho frente al Estado judío. Significa, evidentemente, que Hamas es malo, antisemita, anti-estadounidense y terrorista. EE.UU. e Israel reaccionaron cortando todos los fondos al nuevo gobierno. La democracia es sólo permitida si produce los resultados deseados por Bush e Israel.

Los israelíes nunca practican el terror. Sólo los que se oponen a Israel son terroristas.

Otro enemigo del Estado judío es Hezbolá. Hezbolá es una milicia de musulmanes chiíes creada en 1982 cuando Israel invadió Líbano por primera vez. Durante esa invasión el Estado judío, tan moral, organizó el asesinato de refugiados en campos de refugiados. El resultado de las atrocidades de Israel fue Hezbolá, que combatió al ejército israelí, lo derrotó, y lo expulsó, con la cola entre las piernas, fuera de Líbano. Actualmente Hezbolá no sólo defiende el sur de Líbano, sino provee servicios sociales como orfanatos y atención sanitaria.

Para facilitar la caza, los enemigos del Estado judío son todos los países musulmanes que no estén gobernados por un títere estadounidense amigo de Israel. Egipto, Jordania, Arabia Saudí, y los emiratos petroleros se han colocado de parte de Israel contra su propia gente, porque dependen del dinero estadounidense o de la protección estadounidense contra sus propios pueblos. Tarde o temprano, esos gobiernos totalmente corruptos, que no representan al pueblo que gobiernan, serán derrocados. Es sólo cosa de tiempo.

Es muy posible que Bush e Israel no hagan otra cosa que acelerar el proceso en su esfuerzo frenético por derrocar a los gobiernos de Siria e Irán. Ambos gobiernos tienen más apoyo popular que Bush, pero el tarado de la Casa Blanca no lo sabe. El tarado piensa que Siria e Irán serán un “paseo” como Iraq, donde diez orgullosas divisiones del ejército de USA están bloqueadas por unos pocos insurgentes con armas ligeras.

Si todavía sigues siendo un Estadounidense Orgulloso, considera que con tu orgullo no un favor a Israel ni a EE.UU.

El 20 de julio cuando “tu” Cámara de Representantes, después de “tu” Senado de EE.UU., aprobó la resolución de apoyo a los crímenes de guerra de Israel, el grupo de cabildeo más poderoso en Washington, el Comité Estadounidense-Israelí de Asuntos Públicos (AIPAC), publicó rápidamente un comunicado de prensa en el que proclama: “El pueblo estadounidense da un apoyo abrumador a la “guerra contra el terrorismo [de Israel] y comprende que debemos estar junto a nuestro mejor aliado en este tiempo de crisis.”

La verdad es que Israel creó la crisis al invadir a un país con un gobierno pro-estadounidense. La verdad es que el pueblo estadounidense no apoya los crímenes de guerra de Israel, como dejaron en claro los resultados del sondeo rápido de CNN, mediante llamados a C-Span.

A pesar del sesgo israelí en las noticias suministradas por la “información” de EE.UU., una mayoría de los estadounidenses no aprueba las atrocidades israelíes contra civiles libaneses. Hezbolá está situado en el sur de Líbano. Si Israel está atacando a Hezbolá, ¿por qué caen las bombas israelíes sobre el norte de Líbano? ¿Por qué caen sobre Beirut? ¿Por qué caen sobre aeropuertos civiles? ¿Sobre escuelas y hospitales?

Ahora llegamos al punto principal. Cuando el Senado y la Cámara de Representantes de EE.UU. aprueban resoluciones en apoyo a los crímenes de guerra de Israel y condenan a los que resisten a la agresión israelí, el Senado y la Cámara confirman la propaganda de Osama bin Laden de que EE.UU. apoya a Israel contra el mundo árabe y musulmán.

Indudablemente, Israel, con uno de los mayores ingresos per capita del mundo, es el mayor receptor de ayuda exterior de EE.UU. Muchos creen que gran parte de esta “ayuda” vuelve a AIPAC, que la utiliza para elegir a “nuestros” representantes en el Congreso.

Esta percepción no favorece a Israel, cuya población disminuye ya que los más inteligentes prevén lo que sobrevendrá y parten. Israel está rodeado de cientos de millones de musulmanes que son convertidos en enemigos de Israel por las acciones y políticas inhumanas de ese país.

En el mundo musulmán siempre han albergado la esperanza de que EE.UU. intervendría a favor de un compromiso y que haría que Israel comprendiera que no puede robar Palestina y convertir a todos los palestinos en refugiados.

Fue la esperanza del mundo árabe. Por eso no han derrocado a nuestros títeres. Gracias a esta esperanza EE.UU. sigue gozando de un cierto prestigio en el mundo árabe.

La resolución de la Cámara de Representante, comprada y pagada con el dinero de AIPAC, es el último clavo en el ataúd del prestigio estadounidense en Oriente Próximo. Muestra que EE.UU. es, definitivamente, el títere de Israel, como dice Osama bin Laden, y como cree la mayoría de los musulmanes.

Con la desaparición de la esperanza y la diplomacia, en el futuro lo único que les queda a EE.UU. e Israel son sus garras y sus dientes. El tan ensalzado ejército israelí no pudo derrotar a una milicia harapienta en el sur de Líbano. El tan ensalzado ejército de EE.UU. no pudo derrotar a una insurgencia harapienta, con armas ligeras, surgida de una minoría de la población en Iraq, insurgentes que, además, están involucrados ante todo en una guerra civil contra la mayoría chií.

¿Qué harán EE.UU. y su titiritero? Ambos están tan inflados con su arrogancia y su paranoia como para admitir sus terribles errores. Israel y EE.UU. destruirán desde el aire la infraestructura de Líbano, Palestina, Siria, e Irán, para que la vida civilizada se haga imposible para los musulmanes, o EE.UU. e Israel utilizarán armas nucleares para intimidar a los musulmanes para lograr que se ajusten a los deseos de Israel.

El genocidio de musulmanes en una u otra forma es el objetivo declarado de los neoconservadores que controlan totalmente el gobierno Bush. El padrino neoconservador Norman Podhoretz ha propugnado la Cuarta Guerra Mundial (en el pensamiento neoconservador, la Tercera fue la guerra fría) para derrocar al Islam en Oriente Próximo, desarraigar la religión islámica y convertirla en un ritual laico formalizado.

El Pentágono neoconservador de Rumsfeld preparó una nueva doctrina bélica de EE.UU. que permite el ataque nuclear preventivo contra estados no-nucleares.

El neoconservador David Horowitz dice que al masacrar a civiles palestinos y libaneses “Israel hace el trabajo del resto del mundo civilizado,” equiparando así a los criminales de guerras con seres civilizados.

El neoconservador Larry Kudlow dice que “Israel hace la labor del Señor” al asesinar libaneses, una afirmación que debería dar a pensar a los partidarios evangélicos cristianos de Israel. ¿Dónde dice el Señor: “ve y asesina a tus prójimos para poder robar sus tierras”?

La historia condenará eternamente a EE.UU. por la complicidad del público estadounidense con estos atroces crímenes.

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Paul Craig Roberts fue Secretario Adjunto del Tesoro en el gobierno Reagan. Es coautor de “The Tyranny of Good Intentions”. Para contactos: paulcraigroberts@yahoo.com

http://www.counterpunch.org/Roberts07222006.html


*Germán Leyens es miembro de los colectivos de Rebelión y Tlaxcala (www.tlaxcala.es), la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción es copyleft.

FUENTE: rebelion.org

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