Aunque fuera siguiendo el formato que vino a imponer la semana pasada CNN, los candidatos que han sido silenciados por los poderes guatemaltecos --a los poderes reales me refiero, no a los legítimos-- tuvieron anoche la oportunidad de expresarse. Esa ha sido la mayor virtud del foro que articularon la Universidad de San Carlos, la Procuraduría de los Derechos Humanos y el Arzobispado de Guatemala.
Los más articulados, sin duda alguna, el Zurdo Sandoval y Vinicio Cerezo. Menos ducho en el terreno de la comunicación, pero sustentando principios similares, Monsanto. Lo que dijeron ha sido el esperado desgarrón del cielo, encapotado desde hace muchos años.
Los tres expusieron la necesidad de aumentar los ingresos tributarios para que el Estado se halle en condiciones de prestar los servicios de salud y educación que necesita urgentemente la población guatemalteca. Hablaron de la evasión de impuestos, enfermedad rampante aquí. Expusieron sus razones para proponer un viraje en la conducción del país, llevándolo de los gobiernos de derecha que nos han caracterizado desde 1954, a un gobierno de izquierda que devuelva el protagonismo a los ciudadanos y promueva la existencia de un Estado vigoroso para cumplir con su papel constitucional, frente a la cúpula de poder que históricamente ha definido el rumbo de la política económica y social del país.
Ninguno de ellos llegará al poder en el actual proceso, en el que los dineros y apoyos de la cúpula comenzaron fluyendo hacia Colom; luego, de una manera titubeante hacia Giamattei, cuya candidatura inauguraron con la visita a Pavón --todos caímos en el garlito-- y que ante la ausencia de un despegue del candidato de la Gana, se han dirigido hacia Otto Pérez Molina, muy evidentemente.
Ninguno de ellos llegará esta vez, repito, pero comienza a percibirse una forma diferente de enfrentar los asuntos de los guatemaltecos. Por primera vez en medio siglo se dijo abiertamente y en público dónde están las llagas y cuáles son los remedios que hay que aplicar.
El foro de anoche sirvió para que, por primera vez en Guatemala desde aquel terrible 1954, los ciudadanos de todo el país escucharan opiniones distintas a las vertidas en todos los medios por los representantes de la oligarquía nacional. Los propósitos expresados por los tres, Sandoval, Cerezo y Monsanto, nos dicen que estamos a las puertas de un cambio que no va a producirse hoy, pero que ya se advierte.
martes, septiembre 04, 2007
Un canto a la esperanza
Se despeja el cielo
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